El escriba, de Robert y Shana ParkeHarrison

El escriba, de  Robert y Shana ParkeHarrison
"Un libro debería ser un hacha para romper el mar congelado en nuestro interior" "¿Por qué la gente del futuro se molestaría en leer el libro que escribes si no les habla personalmente, si no les ayuda a encontrar significado a su vida?" J.M. COETZEE ("VERANO")

27/9/07

PÍLDORAS



Tienen muchos nombres: microrrelatos, minificciones, microficciones. Yo los denomino PÍLDORAS.
Son pequeñas perlas literarias que concentran en unas pocas líneas –como la esencia de los perfumes– todos los elementos necesarios para impactar al lector. Un minúsculo cuento que esconde más que enseña y que exige al lector su colaboración.
A continuación, os muestro un par de ejemplos. Espero que los disfrutéis.
La voz es mío, y está dentro de Pinball.

EL SUEÑO DE LA MARIPOSA
Soñó que era una mariposa y al despertar no supo si era un hombre que había soñado ser una mariposa o una mariposa que estaba soñando ser un hombre.
(Chuan Tzu, s.IV A.C.)

LA VOZ
Juan Ramírez se está muriendo. Está muy malito, lloran sus padres. Tiene mala cara, explican los vecinos. Parece muy grave, comentan por la calle. Está en las últimas, se escucha en la radio. Deberían ingresarlo urgentemente, opinan en la televisión. Desde luego es gravísimo, considera el médico de guardia. Ya no tiene remedio, diagnostica el médico de planta. No hagas caso y vive, dispone una voz cavernosa y profunda.
Juan Ramírez se recupera. Es increíble, exponen sorprendidos los enfermos de la habitación. Es un milagro, sollozan los familiares besando estampas de santos. El tratamiento ha sido efectivo, se felicitan mutuamente los médicos. Otro logro social, informan los medios de comunicación pública. Somos una raza especial, exteriorizan los ciudadanos caminando juntos por la calle. Siempre me ha gustado llevar la contraria, manifiestamente satisfecha retumba la voz interior.

2 comentarios:

Luisa dijo...

Llevar la contraria o escuchar la voz interior. A veces, contra todo pronóstico, la vida se hace paso hasta en los lugares más insospechados. Las ilusiones, los sueños, los caminos, no son enterrados por los vaticinios y las predicciones. Nunca puedes decir que las carreteras estarán cortadas, aunque haya señales que te lo muestren. Hay carreteras secundarias, afluentes que discurren ajenos al curso del río, senderos escondidos tras los jarales. Difíciles, fragosos… pero caminos por los que seguir al fin y al cabo. No importa lo oscura que esté la noche, ni lo fría. Importa llegar, pero más interesa encontrar el camino. Soy sonámbula, camino soñando, sueño que encuentro esa ruta y que mis pies se lo muestran a otros. Sigue caminando, yo te guío. Te mostraré la luz en la sombra, la esperanza en la espera, el lucero del alba en el crepúsculo. Que hay lágrimas que no son saladas, tan sólo son una gota en el océano. Que soy bruma y puedo disiparme, pero que soy fuerte como la vida y grito como un recién nacido. Y sí. Estoy desesperada, como la vida misma. Un beso, Esteban.

Anónimo dijo...

Esta "píldora" está cargada de ironía. Todos le daban por muerto, pero ¡milagro! y claro ahí estaban los médicos, especialistas y demás para "apuntarse un tanto". El enfermo en sus ganas de vivir consiguió lo que no consiguió la medicina.

Dá para pensar, y para un buen debate de la falsedad, hipocresía. Este hombre hizo caso de su voz interior, llevado en extremo para lograr su mejoría.

Sí, decididamente bueno e original.